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Por Pablo Barría , 3 de febrero de 2022Vaticano expulsó sacerdote que hizo préstamos y vendió bienes de la iglesia
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 2 añosPor varias irregularidades fue separado de sus funciones el cura Tulio Soto, de la parroquia Nuestra Señora de Fátima de población Libertad. Entre las irregularidades están las de prestar dineros a particulares y la enajenación de bienes inmuebles, entre otras.
Después de cuatro años de investigación el Vaticano resolvió separar de sus funciones al sacerdote Tulio Soto Manquemilla, quien era investigado por situaciones irregulares dentro de la iglesia, como la realización de autocontratos en su favor y realizar préstamos de dinero de la iglesia a particulares.
El sumario para desarticular el actuar de Soto Manquemilla, comenzó el año 2018, por el entonces administrador apostólico, Ricardo Morales, quien en su momento dio a conocer que se había dado curso a la investigación por varias irregularidades. Junto con él, también se investigaba al cura José Francisco Núñez Calisto, quien se suicidó el 09 de febrero del 2019.
El fallo del vaticano se conoció recién esta semana y afecta de manera directa a Tulio Soto, a quien se le pidió la dimisión del estado clerical, tras comprobarse que se había auto contratado para tener un sustantivo aumento en sus ingresos, además de oficiar de prestamista a particulares, con recursos de la iglesia, trámites que se hacían ante notario.
Respecto del hecho el arzobispo de Puerto Montt, Fernando Ramos, comentó que la decisión se dio por conductas catalogadas como delitos canónicos. “Ha concluido el proceso penal administrativo en contra de Tulio Soto, por conductas reñidas con el ministerio sacerdotal, que éstas constituyen delitos canónicos, especialmente en el {ámbito administrativo, y la Santa Sede ha determinado la dimisión del estado clerical, por consiguiente, él ya no es más sacerdote de la iglesia católica”.
Respecto de los hechos, el arzobispo de Puerto Montt, dijo que los antecedentes del caso están en manos del ministerio público, el cual investiga los antecedentes, donde también se incluyen delitos como la enajenación de propiedades de la iglesia. “Se sabe la enajenación de una propiedad, algunos montos quedaron en el arzobispado, otros pasaron a parroquia, partes de esos montos fueron prestados a una tercera persona”, comentó el alto sacerdote.
El arzobispo afirmó que tras su llegada se hizo un ordenamiento en la administración de la iglesia, la que no contaba con un presupuesto ordenado, pero hoy en día hay un manejo presupuestario, a través de un consejo de asuntos económicos.