Del like al golpe: la conexión entre redes sociales y violencia juvenil

El aumento de casos de agresividad entre adolescentes genera preocupación entre especialistas, quienes advierten sobre la influencia de la cultura digital, la falta de contención emocional y los entornos vulnerables.

Durante el último año, las cifras relacionadas con la salud mental en niños, niñas y adolescentes han mostrado un preocupante incremento en Chile. De acuerdo con datos recientes de UNICEF, el 23,6% de esta población presenta síntomas vinculados a trastornos mentales. Esta cifra representa un alza sostenida respecto a años anteriores, cuando las estimaciones fluctuaban entre el 10 y el 20%.

Uno de los aspectos que más inquieta a los profesionales es el aumento de episodios de violencia juvenil. Muchos de estos incidentes están asociados a trastornos del comportamiento, conductas delictivas o consumo de sustancias. La psicóloga Teresa Valle, del Grupo Cetep, señala que “estamos viendo cómo la agresividad se convierte en una forma de expresión común entre adolescentes, como respuesta a una realidad social que los abruma, los frustra y los deja sin contención emocional”.

La especialista advierte que no se trata de un fenómeno aislado ni de una sola causa. “Los jóvenes están hiperexpuestos a contenidos violentos en redes sociales, televisión y plataformas de streaming. La violencia se ha normalizado y hasta se celebra en muchos espacios, a través de modelos agresivos que se muestran como exitosos: personajes que resuelven todo a golpes, que usan armas, que desafían la autoridad y que acceden a lujos a través de la fuerza”, afirma Valle.

Factores estructurales y familiares también influyen en esta problemática. La psicóloga menciona elementos como pobreza, privaciones, violencia intrafamiliar, ausencia de referentes adultos, consumo de drogas y alcohol, y falta de espacios de conversación. “El abandono emocional también es una forma de violencia, y muchos adolescentes se sienten solos, desconectados y sin referentes adultos que los guíen”, advierte.

La experta también hace referencia a productos culturales que reflejan este escenario. En particular, menciona la serie Adolescencia, disponible en Netflix, como un ejemplo de cómo se visibiliza el impacto de estas dinámicas. “Nos muestran jóvenes profundamente heridos, que expresan su dolor a través de la rabia y que terminan cometiendo actos extremos, como un homicidio. Es una invitación a preguntarnos: ¿qué estamos haciendo mal como sociedad? ¿Dónde estamos los adultos antes de que estos hechos ocurran?”, plantea.

Frente a este contexto, la psicóloga realiza un llamado a los adultos responsables. “Necesitamos volver a escuchar a los jóvenes, con atención real, sin juzgarlos de inmediato. Validar lo que sienten, acompañarlos en sus decisiones y mostrar con el ejemplo cómo se resuelven los conflictos sin violencia. No se trata de sobreproteger, sino de orientar y estar presentes”, indica.

Valle también subraya la importancia de establecer límites, reconocer los logros y crear momentos compartidos. “Acompañar a un hijo a su entrenamiento, ver juntos una película, conversar sobre lo que sienten, sobre lo que pasa en el mundo. No necesitamos grandes recursos para estar presentes, solo voluntad y tiempo de calidad”.

Finalmente, advierte que esta problemática no puede abordarse únicamente desde la esfera familiar. “Si no ponemos atención ahora, seguiremos formando generaciones que creen que gritar, golpear o humillar es la única forma de relacionarse. Necesitamos educar en habilidades emocionales, en empatía, en resolución de conflictos”, concluye.