Opinión
9 de marzo de 2025 | 09:00Marzo: mes de las mujeres y de las Fuerzas Armadas

Por María Gabriela Huidobro. Decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello.
Marzo es un mes colmado de conmemoraciones. El Día de la Mujer, se ha consolidado en el calendario, pero no es la única fecha especial. Las Fuerzas Armadas de Chile celebran la fundación de la Escuela Militar y de la Fuerza Área, el 16 y 21 de marzo. Son conmemoraciones que parecen distintas, pero se relacionan cuando pensamos desde la perspectiva de los roles femeninos en la sociedad actual.
Aunque Carabineros forma mujeres desde 1962, sólo hace 30 años, las mujeres fueron admitidas en la Escuela Militar para formarse como oficiales. En el año 2000, la Escuela Naval y la de Aviación también abrieron sus puertas.
Los cambios de las últimas décadas son un interesante reflejo de las transformaciones que la sociedad ha experimentado en materias de género. Los debates han girado en torno a las capacidades femeninas y a valorar su aporte en diversos ámbitos. No se trata de establecer que las mujeres sean iguales que los hombres, tampoco que hay mejores y peores, pero sí que, en su diferencia, tienen mucho para contribuir.
Aunque su ingreso oficial a las Fuerzas Armadas sea reciente, las mujeres siempre han participado de los frentes de guerra. En nuestra historia podemos remontarnos a la guerra de Arauco para encontrar mujeres que defendían, armadas la causa española o mapuche. La guerra de independencia contó con asistencia femenina en labores de espionaje. Y los conflictos del siglo XIX contra Perú y Bolivia dejaron amplios registros de cientos de mujeres que se embarcaban para ayudar, muchas como enfermeras y cantineras que, cuando debían, tomaban las armas para luchar.
Marzo nos recuerda que la participación femenina en la defensa y el servicio no es novedad. Las mujeres han estado presentes en la guerra, en la paz y en cada transformación social. Su presencia en las Fuerzas Armadas es reflejo de una sociedad que avanza, asumiendo que la historia no se escribe ni se ha hecho desde un solo género.