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Por YoPublico.cl , 3 de octubre de 2022Acercar la ciencia y la innovación a la educación técnico profesional es clave para enfrentar los desafíos actuales
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 2 añosUna columna de opinión de Vanessa Arévalo, coordinadora de redes territoriales EMTP de Fundación Chile, y Manuel Farías, director de Educación TP y trayectorias formativo laborales de Fundación Chile.
Con una política de incentivo más robusta para la incorporación de la innovación y la transferencia tecnológica en la Formación Técnico Profesional, se conmemora este 2 de octubre el Día Nacional de la Ciencia, el Conocimiento, Tecnología y la Innovación (CTCI).
Dentro de los avances en este ámbito, destaca la incorporación de la investigación como criterio de acreditación para los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, y el Programa CFT-IP 2030, iniciativa del Mineduc ejecutada por Corfo. Esto demuestra el interés del Estado por incorporar una mayor institucionalización de la investigación aplicada y de la transferencia tecnológica dentro de la gestión de las instituciones de formación técnica del país.
Tradicionalmente la investigación y el desarrollo de la innovación han estado focalizadas principalmente en las universidades; sin embargo, hemos visto que hay un campo de investigación y desarrollo de innovaciones tecnológicas que surgen en el terreno de la formación técnica más operativa, teniendo la ventaja de desarrollar innovaciones e investigaciones con una conexión más estrecha con el entorno productivo donde se desenvuelve la formación técnica.
En los últimos años se ha evidenciado el creciente interés de distintos sectores por acercar la ciencia y tecnología a la formación técnica, considerando los grandes retos que conllevan fenómenos como el cambio climático y la acelerada transformación tecnológica, y la necesidad de contar con el capital humano con las habilidades y competencias que permita dar respuesta a las nuevas exigencias laborales.
Todas estas tareas requieren que Chile cuente con técnicos de alto nivel tecnológico, preparados para los cambios que se susciten en el futuro, orientados a resolver problemas y aprovechar oportunidades, locales y globales. El cambio del modelo de desarrollo, asociado a su matriz productiva requiere de técnicos cualificados e instituciones que reflexionen respecto de su aporte a dichos cambios. Ello tiene consideraciones éticas con el desarrollo y por tanto la formación integral y las competencias y habilidades del siglo XXI que se requieren deben estar en el centro de la formación.
A través de iniciativas como Conexiones para el Desarrollo y la red de colaboración Futuro Técnico Macrozona Centro Norte, Fundación Chile ha asumido el desafío de impulsar la innovación como una alternativa real de desarrollo para los jóvenes que optan por la formación técnica para el desarrollo de sus proyectos de vida, contribuyendo al desarrollo productivo sostenible del país.
La innovación es un elemento clave para mejorar la productividad y competitividad de las empresas, para lo que se requiere disponer de capital humano con las capacidades necesarias para llevarla a cabo, así como también se requiere una vinculación con el entorno productivo en aras de la generación de dicha innovación.
En este escenario, es fundamental fortalecer el rol de los liceos técnico-profesionales en el desarrollo del país, acercando la ciencia y la innovación a las comunidades educativas desde la etapa escolar para generar más y mejores oportunidades en los jóvenes, y empujar a los liceos en ser agentes de cambio en sus territorios.
En esta nueva conmemoración del Día Nacional de la CTCI debemos decir que la importancia de la ciencia y la tecnología, de la investigación aplicada, la innovación y la transferencia tecnológica no sólo deben radicar en el sistema universitario como ha sido tradicional, sino que, además es fundamental colaborar con la instalación de políticas que apoyen estos procesos en las instituciones de educación superior técnico profesional.
El desafío de construir un nuevo modelo de desarrollo, sostenible, inclusivo y justo, radica en la importancia que Chile debe dar a estas políticas destinando la inversión necesaria y los incentivos adecuados y trabajar con los diversos actores del sistema, los que deben estar a la altura de dichos desafíos.
Una columna de opinión de Vanessa Arévalo, coordinadora de redes territoriales EMTP de Fundación Chile, y Manuel Farías, director de Educación TP y trayectorias formativo laborales de Fundación Chile.