Nuevas oportunidades después de la crisis: Isidoro Quiroga como ejemplo de resiliencia.

La capacidad de resolver obstáculos es un factor imprescindible para lograr el éxito personal y empresario

Dicen que “en las grandes crisis y derrotas se conoce el verdadero ímpetu del espíritu”. Esta consigna no puede ser más acertada para Isidoro Quiroga, el empresario chileno que tras empezar a corta edad su carrera profesional con independencia, liderazgo y emprendimiento ha sorteado las más álgidas crisis económicas que pueda atravesar un empresario, pues Quiroga no la ha tenido nada fácil, ya que a lo largo de su caminar se ha enfrentado con baches en el camino, pero, a pesar de ello, se posicionó como uno de los más exitosos y reconocidos inversionistas,  gracias a su capacidad para superar cualquier obstáculo.

La pandemia no solo representó la pérdida para la vida de muchos, sino que el empobrecimiento, los sistemas hospitalarios y por supuesto, la crisis económica, fueron los más afectados en este acontecimiento sin precedentes.

Rápidamente la economía de cada país se puso en jaque con la llegada de la pandemia, por lo que los empresarios y trabajadores emprendieron un plan de austeridad con la esperanza de una seguridad financiera ante la crisis evidente que trajo consigo el COVID-19. Sin embargo, este no fue el caso de Isidoro Quiroga, quien a pesar de los altibajos no temió tomar riesgos.

Ejemplo de su actitud poca temeraria es la negociación empresarial de la firma Enphase Energy que lo llevó al debut; la compañía dedicada a la fabricación de micro inversores para paneles; fue allí donde el magnate vendió un paquete de 13.548.476 acciones de la compañía, obteniendo la cuantiosa ganancia de US $735 millones.

Otro referente de su osadía, fue cuando tras ganar cerca de US $800 millones por la venta de sus acciones en la firma de soluciones energéticas de Estados Unidos, el exitoso empresario buscó nuevos horizontes en Silicon Valley, cuna de innovaciones y tendencias digitales como Google, HP, Oracle o Linkedin, entre otras.

Isidoro tiene un sello personal que habla por sí mismo; y es que se ha caracterizado por incursionar en mercados con poco atractivo y de dudosa ganancia exorbitante. Este toque es el valor agregado del empresario, pues ha sido fiel creyente en que el triunfo de la inversiones no se limita a la simple identificación de demandas y ofertas, tendencias económicas y especulación, sino por el contrario, se trata de observar buenas potencias de mercados diversificados, que salgan de lo común y corriente; y que reten a la zona de confort, donde muchos tienden a estancarse. Pero Isidoro es todo lo contrario,  pues no le gusta sentir que lleva demasiado tiempo en un mismo mercado, que si bien rinde frutos, no es nada comparado a lo extraordinario y retador de nuevos caminos que suponen incertidumbre.

Por ejemplo, en el 2007, Quiroga adquirió el 100% de una empresa australiana salmonera, fundando así la famosa Australis Seafoods. Sin embargo, el panorama se puso un poco tormentoso ante la crisis del virus de la anemia infecciosa del salmón (ISAv). Pese a ello, fue la tenacidad y valentía del empresario las que le permitieron sortear el calamitoso contratiempo.

No cabe duda que los negocios más exóticos pero rentables en manos de Isidoro son parte del perfil del prócer, que por más que se esfuerce en permanecer tras bambalinas, los frutos de su esfuerzo y arriesgado actuar lo convierten en un ícono de admiración, ya que pareciera que para el chileno “no hay imposibles”, aun con virus ISAV, COVID, o lo que acontezca.